FLAMENCO

El Flamenco nace en España en las primeras décadas del s. XIX, a partir de la tradición musical hispana, caracterizada por el mestizaje llevado a cabo entre todas las culturas que fueron pasando por la Península Ibérica. Consta de una serie de formas musicales que se pueden entroncar con el Renacimiento y el Barroco de ambos lados del Atlántico. Es el caso de la Jácara, de la que parecen derivar la Soleá, la Bulería y la Seguiriya. Esta similitud puede constatarse desde dos puntos de vista: el rítmico y el armónico. El rítmico, pues todas estas formas combinan los compases ternarios con los binarios (1-2-3, 1-2-3, 1-2, 1-2, 1-2), asociado a la cadencia andaluza (la-sol-fa-mi), el rasgueo de la guitarra, el golpe en la tapa o el punteo.
Dentro del flamenco existen diferentes palos, que son los diferentes estilos o formas de interpretar y componer en este género. Existen numerosas maneras de clasificarlos. Consideremos como base el siguiente esquema (tomado de la web www.tablaodecarmen.com):

Cañas
Están consideradas históricamente como el palo más importante. En las Escenas Andaluzas de Estébanez Calderón, llamó caña al “tronco primitivo de los cantes andaluces” y el Prof. García Matos aseguró que la caña provenía de una canción andaluza muy antigua.
Seguiriyas
Son uno de los palos flamencos más antiguos, junto a los tientos, soleares y tonás, de carácter plañidero y sombrío.
Cantiñas
Género festivo muy ligado a los cafés-cantantes madrileños.
Caracoles
Proceden de las Cantiñas, especialmente de la cantiña llamada La Caracolera, de desarrollo vinculado al Madrid del s. XIX. Son un baile propio de la mujer, que los baila con bata de cola, mantón y abanico.
Alegrías
La alegría es otro palo alegre y festivo, pero con un ritmo más lento que la Bulería. Es conocida por su carácter jubiloso y sus letras optimistas.
Soleás
Cargadas de sentimiento y tradición, se consideran la madre del flamenco, pues están muy arraigadas en lo jondo. Tienen origen en el Jaleo del s. XIX o Boleras del Jaleo, como combinación de la Jota, el Fandango y la Seguiriya. De él derivan las Bulerías y las Cantiñas. Las suele ejecutar una bailaora solista.
Polos
Es un palo de los más arcaicos, con origen probable en alguna canción bailable del s. XVIII.
Peteneras
De origen incierto, ya se estilaban en el s. XVIII en la Península y en México, especialmente de la zona de Veracruz y se conocen como Petenera Antigua. Al igual que ésta, la flamenca presenta temática de desamores y despechos, tiene compás de amalgama (6/8 + 3/4), cadencia andaluza y modo menor.
Bulerías
Se caracterizan por su estilo festivo, vibrante y espontáneo, con ritmo incesante de palmas redobladas y a contratiempo. Aunque hay muchos tipos de bulerías, son las de Jerez las que están hechas específicamente para bailar. Las de Lebrija tienen un aire de Jaleos y son las más difíciles de bailar.
Tangos
Aunque tienen el mismo nombre que el género argentino, el tango flamenco es un palo alegre y fiestero. Se caracteriza por su ritmo marcado, cadencia andaluza y letras alegres.
Tangos de Triana.
Tanguillos
Variante folklórica de los Tangos de Cádiz, sus letras son jocosas, irónicas y satíricas, muy utilizadas en el Carnaval.
Garrotín
Procedente del folklore asturiano, toma la mayor parte de sus elementos musicales del Tango flamenco. Es de compás binario (2/4) y tonalidad mayor.
Farrucas
Es uno de los palos flamencos más recientes. Por el uso de la expresión «con el tran-tran-tran-tran-treiro» con el que se comienza el cante, se le suele emparentar con Galicia o Asturias, posiblemente por la gran oleada de gallegos que emigraron al continente americano, que cantarían inspirados en la “morriña” por el amor ausente.
Fandangos
Es un palo anterior al mismo flamenco y no es exclusivo de él, pues se baila en otras regiones españolas y caló en Hispanoamérica. Es a la vez origen de las Malagueñas, los Tarantos y las Granaínas.
Sevillanas
Procedentes de las seguidillas manchegas, son más bien una forma folklórica que flamenca propiamente dicha. De carácter festivo y bailadas en pareja en ferias y romerías, tienen numerosas variantes y algunas se han ido aflamencando con el correr del tiempo.
De ida y vuelta
Las guajiras, vidalitas, milongas, colombianas, habaneras y rumbas componen, en gran medida, los cantes que surgen de la comunicación entre España y América. Son, en realidad, el resultado de aflamencar sonidos de la otra orilla del Atlántico.