Rincón del escritor: Artículos

♦ ¿DE VERDAD ERES «LATINO»?  artículo escrito por Luis Antequera en ReligiónenLibertad (9/8/2024)

♦ CRÓNICA DE LA ESPECTACULAR Y EXITOSA GIRA DE MARCELO GULLO POR LA «MADRE PATRIA» artículo escrito por Javier Navascués en InfoCatólica (8/7/2024)

7 de julio de 2024

7 de julio, San Fermín. Este año, como todos los 5 anteriores, he estado paseándome por la Pamplona en fiestas. Nunca vine de joven, pues tenía fama de ser una fiesta muy burra. Había que dormir en el suelo -contaban-, en medio de la calle, con la ropa empapada en vino, en medio de extraños…no entendía yo bien el atractivo de esas fiestas. ¡Qué salvajada, por Dios! Sin embargo…

No es una fiesta cualquiera. En ella se resume y concentra buena parte de nuestras creencias y tradiciones, de nuestra larga historia, de nuestro ser nacional. 

Cuenta la leyenda que, en pleno fragor de una batalla de la guerra civil, los jóvenes carlistas, navarros casi todos, dejaron armas y bagajes un 7 de julio para acudir a correr los toros a Pamplona. 

Hemingway, el mítico escritor norteamericano, tiene su estatua en bronce apostada ante la barra que tanto frecuentó en el café Iruña, en la mismísima plaza del Castillo.  

Pero ahora, a la vejez, viruelas. ¡Cómo siento no haber descubierto antes que hay varios sanfermines, tantos casi como personas, y que yo tenía cabida prácticamente en todos!: el de las carreras de los toros camino a la plaza, por lo menos para mirar; el de las corridas de toros, (ay cómo me apetece), y además por lo visto no es caro; el de las peñas, que recorren las calles del casco viejo con su pancarta y su charanga; el de las borracheras; el del chupinazo, el del almuerzo previo con huevos, jamón y chistorra; pero también el de las familias, el de los niños, que corren con su periódico enrollado delante de los toros de cartón con ruedas, que se entusiasman con los gigantes y cabezudos que se pasean por las calles. 

Como soy muy despistada, me olvidé este año del uniforme rojiblanco y he venido vestida de marrón y negro. La gente me miraba con cierta sorpresa. No solo los pamplonicas, no solo los navarros; los gringos, los guiris, los hispanos, los ucranianos…todos ellos vestían de blanco y de rojo. Con su pañolico  al cuello, bordado con el escudo de Navarra, o con el Tío Vinagre (personaje dieciochesco con sombrero de tres picos), o con su San Fermín, y con la faja roja a la cintura. 

La faja es estrecha, un simple recuerdo o estilización de las anchas fajas que servían para proteger los riñones cuando se levantaban cargas o se partían troncos con el hacha. 

Ese es el tema, que junto con las fajas, se van estilizando también las señas de identidad, y que con tanta población forastera, cada vez queda menos recuerdo de lo que fue y de los porqués. 

Íbamos con niños, así que ni se nos ocurrió ir a celebrar el chupinazo que da inicio a la fiesta en la plaza del ayuntamiento. Preferimos asistir al de los jardines de la Taconera, antes baluarte, que formaba parte de las impresionantes fortificaciones de Pamplona, mandadas construir en su mayoría por Felipe II. Ahora, pues eso, son jardines. 

Enfilamos por una calle llena de puestos en que vendían todo tipo de artículos para vestir el uniforme, cuando pasó al lado nuestro un grupo de LGTBISES con diademas de flores en la cabeza, más el uniforme rojiblanco, cómo no, y una bandera. ¿Qué bandera? Pues a la arcoiris no se atrevieron los muchachos, que en esta fiesta hay todavía demasiada testosterona. Así que llevaban la bandera de Japón. ¿Por qué? Pues porque es un disco rojo sobre fondo blanco. Entonces me dirigí a uno de los puestos, que vendía banderas. Las había de todo tipo. Entre ellas, gracias a Dios, encontré una española y otra de la cruz de San Andrés. Estuve por comprar esta última. Luego lo pensé mejor. Iba con mi hijo y con mi nieto. Seguro que alguien de Bildu nos pegaba. Y lo dejé correr.  

En resumen: en la fiesta de la ciudad que ha sido la capital de los carlistas, no se ve una sola bandera de la cruz de San Andrés.  Y sin embargo todo el mundo la lleva puesta, aunque no saben por qué. 

Los animales, cuando nacen, llevan casi todo lo que van a saber en vida, escrito ya en sus genes. Así, los perros nacen cazadores, o pescadores, o pastores, o bravos, o falderos…Ya nacen así y así van a ser toda su vida. Un perro cazador, si lo llevas al campo, desaparecerá y puede que vuelva unas horas después con un conejo en la boca. Un perro pastor, no se apartará de ti más de 300 metros, y si vas en grupo, pasará grandes angustias intentando que la manada no se le disgregue. Está en su naturaleza, poco se puede hacer.

 Pero el hombre es distinto. El hombre cuando nace apenas tiene dos reflejos: el de prensión y el de succión. No sabe andar, no sabe hablar, solo sabe llorar y mamar. Es como un libro en blanco, y ese libro hay que escribirlo. A muchos se nos ha olvidado ese pequeño detalle: que hay que educar. 

Pero muy bien saben esto los malos, a ellos sí que no se les ha olvidado. Además han elaborado una hipótesis: como el hombre nace con las páginas de su libro en blanco, puede ser lo que ellos quieran, hasta una coliflor. El que nació hombre, puede ser mujer. El que nació mujer, puede ser hombre. Esa es su hipótesis, y en ello están. 

Pero…yo creo que se equivocan. Los españoles llevamos miles de años en la península. Hay una capa ibera que apenas se ha modificado. Los árabes, en ocho siglos,  apenas nos han dejado huella genética. 

¿Y cómo eran los iberos? pues eran gente muy belicosa y muy leal al jefe. No sabemos mucho más que lo que contaron algunos autores griegos.

 Después vinieron los romanos, a cuya dominación resistimos durante siglos. Pero al final lo consiguieron, parece que eran más cabezotas que nosotros y esa capa de aculturación quedó ahí, en nuestros genes. 

Pero fijémonos un momento en la Virtus. ¿Qué significa la virtus del hombre romano? Pues la etimología de la palabra es clara: viene de Vir, que significa hombre. La Virtus comprende valor, virilidad, excelencia, coraje, valentía, carácter, mérito o energía

Auctoritas: «Autoridad Espiritual». …

Consilium: «Decisión». …

Comitas: «Cortesía». …

Clementia: «Merced». …

Firmitas: «Tenacidad». …

Frugalitas: Templanza, economía y simplicidad, sin llegar a ser miserable.

Si nos detenemos un poco a pensar, vemos que el español es todavía muy romano.  Especialmente, a lo largo de la historia, ha sido siempre frugal, ascético, cortés, decidido, tenaz. Recordemos la guerra de Independencia: nunca se rendían. Les machacaban, les vencían, y ellos recogían sus cosas y se retiraban. Pero no se rendían. 

Prudentia«: Prudencia». Previsión, sabiduría y discreción personal.

Salubritas: «Salud». Salud y limpieza.

Severitas: «Severidad». Autocontrol.

Veritas:  «Verdad». Honradez con los demás.

Dignitas: «Dignidad». …

Es esta la dignidad implícita en todo hombre español, hasta el más humilde, hasta el más bajo, hasta el discapacitado mental. Yo he tratado campesinos andaluces casi analfabetos que tenían tanta dignidad como el noble más alto. Porque la dignidad está implícita en los genes españoles desde los tiempos de los romanos, y aún con más motivo, desde los tiempos de la cristianización. 

Porque ¿Qué significa cristianización? que todos somos iguales a los ojos de Dios. Esta concepción de la dignidad intrínseca a todo ser humano, de la fraternidad entre todos los hombres, de la caridad, ha hecho de nuestro imperio católico un imperio único. 

Y bueno, a modo de colofón ¿todo esto se puede tirar a la basura en cuestión de una o dos generaciones simplemente tomando el poder en la educación?

 Va a ser que no, y la prueba está en la fuerza de estas fiestas populares. Si la Iglesia celebra un concilio y decide hacerse medio protestante, el pueblo reacciona en masa sacando sus imágenes barrocas a la calle, como diciendo “en la parroquia ésta mandará el cura, pero en la cofradía de la Virgen del Carmen mandamos nosotros”. Y a ver quién puede más y quién arrastra más gentío y quién suscita más pasión. Eso sí, currárselo hay que currárselo. Y en esas estamos. 

 

Lourdes Cabezón López

Publicado en la revista Woman Essentia el 13 de julio de 2024:

Ser español en San Fermín

Plano de la plaza y ciudadela de Pamplona (1757)

4 de julio de 2024

Somos la Hispanidad y o nos rehacemos como bloque cultural frente a otros bloques con distintos valores, religiosos o no, o desaparecemos para siempre.

Este planteamiento nos obliga a poner sobre la mesa los problemas que deben ser resueltos, para lograr una estructura capaz de navegar con capacidad de supervivencia para nuestra gente y nuestra cultura. 

El futuro se vislumbra muy incómodo, como no podía ser menos, dada la calidad moral de las manos que lo vienen tejiendo desde hace varios siglos. En los últimos 20 años se ha acelerado su advenimiento y no podemos esperar más para poner las bases de nuestra reconstrucción o seremos barridos y esclavizados como un grupo de humanos no elegidos por Dios y por tanto indignos de dirigir nuestro propio destino.

Entre nuestras bazas más importantes contamos con un idioma triunfador, una extensión geográfica notable en cantidad y calidad, y una visión moral basada en el catolicismo que hace a nuestra cultura el mejor Occidente posible. Contra él se lanzaron todos los demás imperios hasta conseguir la destrucción que vemos hoy. Es por tanto urgente reunir los botes a la deriva del naufragio, acertada imagen de Marcelo Gullo para referirse al Imperio conocido como Monarquía Hispánica, y lograr reconstruir de nuevo la gran nave original en un único bloque. 

De nuestro idioma hay poco que decir, contamos con una herramienta bien construida, capaz de generar una literatura brillante y crear el Siglo de Oro (siglo y medio en realidad), sobre todo en literatura y filosofía. Este periodo no sólo fue un periodo memorable de España sino para toda la humanidad. Actualmente, a pesar de problemas indigenistas puntuales en Europa y América, y gracias a una demografía favorable, es actualmente el tercer idioma de mayor uso global y la segunda lengua materna más hablada del mundo. Además de este proceso disolutivo que nos intentan imponer, también nos puede afectar negativamente la infiltración insidiosa de aculturación anglosajona. El frente de oposición más importante contra esta última tiene como actores principales a nuestras Academias del Español, pero esto sólo no basta, hay que defenderlo también desde la base con acciones contundentes y organizadas, un buen ejemplo fue la defensa de la ñ en los teclados de ordenador. 

El segundo punto a considerar es nuestra amplia geografía, la Hispanidad se extendía por todo el orbe. Aquí existen dos dificultades. La primera es que, aunque unir en un sólo bloque los países de cultura hispánica de América no parece muy problemático, no parece tan sencillo llevarlo a cabo en otras zonas como Filipinas y los territorios africanos. Un caso aparte es Brasil cuya incorporación no debería plantear más dificultades que las de cualquiera de las otras repúblicas americanas, La segunda dificultad sería la incorporación de Portugal, aquí nos encontramos con una historia separada por numerosos episodios de confrontación con España. También puede plantearnos problemas de legitimidad histórica su implicación con la esclavitud y el constante apoyo a todas las políticas europeas que nos dañaban. Esto hace temer una posible situación de Caballo de Troya portugués en la reconstrucción. No se puede negar que la inclusión de todo el bloque luso tendría también grandes ventajas, sobre todo en el caso de Brasil ya que es un solo país, grande, poblado y con un idioma cercano, por lo que la Hispanidad resultante tendría una gran potencia desde el principio de su constitución. Creo que incluso con las dificultades enumeradas no se puede rechazar el aporte luso en su totalidad. La población es de tradición católica al fin y al cabo y el mantenerlo fuera puede hacer que siga siendo utilizado, como lo ha sido en múltiples ocasiones, para hacernos daño. Deberíamos mantenerlo a nuestro lado y evitar así posibles conflictos dirigidos por otros bloques, como ha sido habitual en nuestra historia común. El que el 30% de portugueses esté también a favor de la unión del bloque hispano europeo plantea una estupenda oportunidad de volver a la relación que ha sido envenenada durante 500 años, A estas ventajas se añade además que la posición del grupo de países africanos hispanos se vería reforzada.

El tercer punto, la moral y religión católica, es donde podemos encontrar el principal escollo para arrancar la formación de nuestra Patria Grande. En este momento las religiones cristianas parecen diluirse en un mar de inconsistencias a las que nos han traído desde Trento, última oportunidad hasta ahora de crear el bloque religioso universal de la cristiandad, malogrado por las luchas de poder en el norte de Europa apoyadas en las ideas luteranas. En ese momento y sin que la Monarquía Hispánica lo pudiera evitar, se pusieron las bases de dos Occidentes en lucha, el católico y el luterano. Aparte queda el ámbito ortodoxo, más próximo a Roma de lo que les gustaría en la mayoría de sus variantes y cuya supervivencia les permitirá tomar partido en algún momento de la historia.  Pero volvamos a nuestro sentimiento cristiano y católico, la mayoría de las personas hispanas hemos sido alejadas de nuestro camino debido a una propaganda que trata al catolicismo como irracional y contrario a las leyes de la lógica que sólo se pueden encontrar en las ideas revolucionarias. En el otro extremo tenemos algunos grupos con una visión estricta de un catolicismo lleno de ritos formales, que si se aceptan por convicción personal son una expresión de libertad, pero qué si son impuestos conducen a un sentimiento de opresión. En esta etapa de la civilización occidental está claro que los países con un fondo católico, presentan ventajas en la construcción de grupos humanos más respetuosos con las minorías que las ramas luteranas responsables de grandes genocidios y depredación sobre otros grupos y culturas. Este sustrato que deja la doctrina católica es lo que debe ser preservado en la Hispanidad. Su núcleo principal es muy sencillo y fácil de aceptar, se encuentra en la base de las leyes de la Monarquía Hispánica, desde el reinado de los Reyes Católicos hace más de 500 años, que dieron a la Hispanidad una dimensión sociopolítica de primera magnitud: todos los hombres somos hijos de Dios e iguales entre nosotros. Este núcleo fundamental del hispanismo es lo que se debe preservar. Luego podremos matizar su profundidad en nuestra vida según nuestro desarrollo personal, pero sería necesario que este poso espiritual fuera aceptado por todos los hispanos. Esta idea queda resumida en una célebre frase de la periodista y escritora italiana Oriana Fallaci «soy agnóstica, pero agnóstica católica». Sólo haciendo del núcleo de valores católicos una forma de vivir plenamente aceptada, desde la fe o la duda, encontraremos un grupo de población suficiente para llevar a cabo nuestra reestructuración y quiero creer que también la de la humanidad.

Para llegar con éxito a este final tan difícil como lleno de esperanza, atendiendo a que vivimos en un mundo material, necesitamos generar recursos y administrarlos con sabiduría. Éste es otro apoyo fundamental que a veces olvidamos y que se resume en la frase «al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». 

Sólo planteando las respuestas correctas a los problemas podremos crear un frente firme que impida a otras religiones y grupos barrer nuestra cultura y con él barrer el mejor núcleo de civilización para la humanidad.

Ángeles Alonso de Blas

 

10 de junio de 2024

El mundo que conocíamos se está remodelando ante nuestros ojos. Los llamados Brics han decidido dar por finalizado el gobierno mundial en la sombra tal como ha venido existiendo al menos desde la IIGM. 

Ahora deberíamos hacernos unas cuantas preguntas, más que nada para situarnos: 

¿Quiénes son los 5 miembros permanentes del consejo de seguridad de la ONU? Los ganadores de la IIGM (Rusia, China, Inglaterra,  Estados Unidos…y Francia, que se rindió nada más empezar la guerra). Eso deja fuera a África, Oceanía, a toda la Hispanidad y al Islam. ¿Quiénes son los que controlan el FMI, el Banco Mundial y el Banco central europeo? ….

El mundo hispano no tiene ninguna clase de poder, ni político, ni militar, ni económico.  Y mientras tanto, Inglaterra y Francia ya no pintan nada en un grupo de cinco que representa a 8000 millones de personas.

Así que, como dice Marcelo Gullo,  se nos abre una ventana de oportunidad debido a la lucha de poder entre el NOM (en realidad, el AOM: ANTIGUO ORDEN MUNDIAL) y el mundo multipolar (hasta ahora solo constituido por China y Rusia…). 

Pero tomémosles la palabra a los multipolares: nosotros tenemos derecho a ser uno de esos POLOS.

¿Quiénes? Los hispanistas lo definen como los hispanohablantes (600 millones) Y para sumar más, dicen que también los lusohablantes (300 más). Quieren sumar a los lusos para sumar 900 millones. 

Pero esto tiene sus problemas.  Primero, los portugueses ya nos dejaron tirados en el peor momento.  Segundo, los portugueses siempre han sido el perrito fiel de los anglos. Tercero, los anglos son nuestros enemigos ancestrales. Ayudamos a los gringos a independizarse, pero nunca nunca nos lo han pagado. Siempre que han tenido oportunidad,  nos han hecho daño. ¿Es un problema geopolítico? ¿Racial? ¿Económico? Pues no lo sé, pero me inclino por pensar que es más bien un problema espiritual. Hacia 1600, la Cristiandad, o sea Europa, se escindió en dos: los seguidores del antiguo testamento,  anglicanos, luteranos y calvinistas, frente a seguidores del nuevo: los católicos. 

Se puede trazar una raya geopolítica para distinguirlos: al sur quedan los católicos (italianos, españoles, bávaros, portugueses, austriacos) y al norte los protestantes. Con los ortodoxos al este y los franceses como excepción parcial quizá debida a la maniobra por la que Felipe II colocó al primer Borbón en el trono de Francia. 

Al norte quedan los bárbaros, anglosajones, normandos ¡vikingos! 

Más los banqueros de origen sefardí que saltaron de España a Amsterdam y de ahí a la City en tiempos de Cromwell.

Y al sur quedan los griegos,  romanos, hispanos. 

Entonces, ¿quién representa mejor el Occidente clásico? Espero su respuesta.

PERO esto plantea una nueva cuestión. ¿Cuál es la religión con mayor proporción de fieles en Europa, abstrayendo la pujanza musulmana debida a la inmigración? 

Es la católica. Es un dato  que no nos dan,  por no decir que nos ocultan. Pero así es. ¿Y qué sucede con la religión católica? Primero que es la verdadera, nos diría un carlista. Segundo que es la religión fundante de la Hispanidad.  Tercero que es universal como su nombre indica y atestiguan sus 1390 millones de seguidores. Cuarto que está organizada de forma unificada y jerárquica, según las tradiciones del imperio romano. 

Cuando Carlos fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano germánico, algo sucedió simultáneamente en todo el norte y centro de Europa. Probablemente es algo previsible y natural en todo juego de poder entre monarcas: se rebelaron simultáneamente Enrique VIII de Inglaterra, los príncipes alemanes, el duque de Orange en Flandes, los suizos, Francia…¡hasta el Papa se rebeló! Demasiada coordinación, creo yo. Y todos abrazando el antiguo testamento en lugar del nuevo (salvo el Papa, espero). 

Esa escisión no debió prosperar. Pero lo hizo. El siguiente clavo en el ataúd de Europa fue la revolución “gloriosa” de Cromwell. Después, la revolución francesa. Después cayó el imperio católico español, pillado por una colosal pinza entre ingleses y Napoleón. Y a partir de ahí, el mundo ha sido una fiesta de genocidios, hambrunas y guerras mundiales,  todo ello liderado por los anglos.  

¿Que adónde quiero ir a parar? A que la Hispanidad importa, ¡como no va a importar! Pero lo fundamental es reconstruir la Cristiandad,  o sea la Europa y la América CATÓLICAS, que viene a ser población de habla -si no española o lusa-, latina casi en su totalidad. 

¿Hace falta que diga por qué es más importante restaurar la Cristiandad que la Hispanidad? Porque la Cristiandad comprende a la Hispanidad y a la Lusitanidad, y porque la Cristiandad es el imperio del bien.  

Es la que puede, -y tiene que- hacer frente al imperio de Satán, que no es que vaya a imperar, es que lleva imperando más de DOS SIGLOS. 

Entonces, la Hispanidad se puede formar, de hecho existe, sin necesidad de ser todos católicos.

Pero desde luego NO CONTRA el catolicismo.  Y puestos a elegir,  cosa que no quiero ni debemos hacer, me quedo con la CRISTIANDAD CATÓLICA. 

Lourdes Cabezón López

Buenos días. Me presento. Mi nombre es Lourdes y pertenezco al Círculo Cultural Hispanista de Madrid, una asociación sin ánimo de lucro que todavía no cuenta ni dos años de vida y que tiene como fin fundamental defender y difundir la civilización hispánica en todas sus manifestaciones y de todas las formas a nuestro alcance. 

No creo que haga falta explicar muy a fondo por qué lo consideramos justo y necesario: es obvio que nos llevan vapuleando cientos de años, hasta el punto que nosotros mismos nos hemos creído la leyenda negra que pesa sobre nuestro país y nuestra historia. Y así no vamos a ninguna parte. Sin raíces, sin confianza en uno mismo y en los que nos precedieron, es muy difícil sostenerse erguido cuando vienen mal dadas,  ni construir nada a derechas. 

Y hete aquí, que, en cuanto empiezas a escarbar un poco en la historia de España, te encuentras con tesoros que no pudiste ni tan siquiera imaginar, con héroes que existieron de verdad, y que le dan mil vueltas a batman, a superman, a james bond (las minúsculas no lo son por error)  y a todos esos héroes de pacotilla que se inventan en el extranjero, porque no tienen fantásticas historias reales de las que tirar. 

Bueno, perdón, hay una sobre la que se lleva escribiendo y rodando mucho desde hace casi 100 años, que son los 300 espartanos que resistieron a los persas en las Termópilas…

 Pues ni siquiera les compro esa historia. Porque, ¿saben ustedes cuál fue la auténtica razón por la que solo fueron 300 espartanos a luchar contra los persas? ¡Porque los demás no podían ni moverse de su ciudad! Eran muy pocos, y estaban sentados sobre una montaña de esclavos, los ilotas. Por eso es por lo que tenían que estar tan entrenados, por lo que dormían armados y con el escudo al alcance de la mano: como se descuidaran, el mar de ilotas les podía rebanar el cuello. Eran una élite que con tal de mantenerse en el poder, malvivió durante siglos sin disfrutar de la vida y fastidiando al populacho que mantenía arrodillado a sus pies. 

Y aquí es donde hay que preguntarse ¿merece la pena un esfuerzo semejante? 

Como española, y echando un vistazo a nuestra maravillosa historia, estoy segura de que no. No mereció la pena. No es ese el camino. 

Si ustedes me lo permiten, les voy a contar historias de superhombres españoles que muchos no conocen, cuya memoria se perdió, y que merecen ser rescatados del olvido. Por ellos. Y por nosotros también.

¿Recuerdan que en 2019 se celebró el quinto centenario de la primera vuelta al mundo… de Magallanes?  Así es como se celebró por todas partes, incluida España. Y resulta muy curiosa esta celebración, porque en realidad Magallanes no dio la vuelta al mundo ni nunca pretendió hacerlo. Además, murió a mitad del camino, en Filipinas. El que la dio completa, probablemente por decisión propia -porque los españoles entonces éramos así, teníamos iniciativa, pensábamos, decidíamos, arriesgábamos-, fue Elcano. Magallanes era portugués. Elcano era español. Esa es la diferencia y por eso no se festejó a Elcano como se merece. 

Aquí hay quien no da puntada sin hilo. 

Ah, pero ya no va ser tan fácil. Cada vez más españoles estamos dándonos cuenta de lo que pasa: nos están ninguneando, nos están cancelando, y no es cosa de antes de ayer. Llevan siglos haciéndolo.

 Pero ya no van a poder. Ustedes nos van a ayudar, leyendo nuestras historias, -que no cuentos-, y difundiéndolas, contándoselas a sus hijos, a sus parejas, a sus amigos: por tierra, mar y aire. De las televisiones y radios no cabe esperar mucho. Pero de ustedes sí. De ustedes lo esperamos todo. Échennos una mano. No se arrepentirán, porque se la estarán echando a ustedes mismos, a sus hijos, a sus nietos. No es difícil. Es un trabajito como otro cualquiera, y le pueden echar el tiempo que quieran. Mucho o poco, en esto o en aquello, todo nos vale. ¿Qué mejor?

Bien, pues hoy voy a empezar con Isabel la Católica, que es un tema central de nuestra asociación. Casi la primera cosa que hicimos fue una ofrenda floral ante el monumento que tiene en el Paseo de la Castellana, 80, en Madrid. Un 26 de noviembre de 2019, aniversario de su fallecimiento, hacía un frío que pelaba y encima llovía. Éramos ocho, pero estábamos felices de estar allí.

Hoy, 5 años y un covid después, hemos celebrado una misa en San Jerónimo el Real con un coro de casi 100 voces por el aniversario de su nacimiento, 22 de abril. 

Les acompaño el Credo de la misa de la Coronación de Mozart. 

Credo de la Misa de Coronación. Misa por Isabel la Catolica. 22 de abril de 2024

Y también el vídeo completo de la misa anterior, del 26 de noviembre de 2023, celebrada en San Francisco el Grande, en el aniversario de su fallecimiento. 

MISA POR ISABEL LA CATOLICA, 26 DE NOVIEMBRE DE 2023, IGLESIA DE SAN FRANCISCO EL GRANDE, MADRID

¿Y por qué le damos tanto peso a Isabel la Católica? ¿Creen ustedes que se lo merece? ¿O quizá no? La prueba del algodón de que es una pieza clave de la Hispanidad es lo mal que les cae a algunos. ¿Cómo puede caer mal una reina que terminó la Reconquista, mandó a sus vasallos a descubrir América, consideró a los indios como unos vasallos más, con los mismos derechos que los castellanos, y ordenó su evangelización? Gracias a ella, hay hoy en día 600 millones de hispanohablantes. El español es la segunda lengua materna más hablada del planeta. Gracias a ella, hay 1390 millones de católicos. Y eso, a algunos, les pica. 

El actual presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, ha apostado a fondo por relanzar este proceso, que parecía “dormir el sueño de los justos” (qué expresión tan bonita, ¿se han fijado?), ante  “fenómenos como la revisión de la historia desde las ideologías de la cancelación y ante la emergencia del indigenismo en los pueblos de América, destacando el perfil de la Reina como primera y principal defensora de los indígenas y como respuesta a esas dinámica sociales”.

Llegados a este punto, ustedes se preguntarán ¿Es el Círculo Cultural Hispanista de Madrid un apéndice, un “spin off”, de la conferencia episcopal? Ni muchísimo menos. Nosotros somos seglares. Entre nosotros hay muchos no creyentes. Aunque desde luego no hay ningún anticatólico militante, como no podía ser de otro modo en un hispanista que sepa por dónde van los tiros (otra expresión maravillosa de nuestro bello español). 

Y por eso, porque sabemos por dónde van los tiros, para nosotros poner el foco sobre Isabel la Católica es una tarea prioritaria. Como se ha dicho antes -pero no importa que se repita, repitámoslo hasta que entre en todas las cabezas, como si fuéramos el canal 24 horas-, porque terminó la Reconquista, porque evangelizó e hispanizó la América española, y por supuesto, porque, junto con su amado esposo Fernando II de Aragón, reunificó España. Reunificó, sí, que esto era lo que tuvieron en mente todos los reyes hispanos, empezando por don Pelayo, desde la entrada de Tarik por el sur allá por el año 712. 

Reconquistemos, pues, a nuestra Reina, a nuestros cancelados Reyes Católicos, y a todos los demás héroes de los que nuestra maravillosa historia está plagada. Amén. Con su permiso, continuará. 

Lourdes Cabezón López

 

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